lunes, 9 de enero de 2012

Bosque de niebla

Qué ganas de estar en silencio, de quedarme completamente inmóvil para no oír siquiera mis propios pasos ni mi respiración estorbando los resoplidos de caballos, el zumbido de insectos desconocidos, los pájaros. Me quedo quieta dejando que la niebla me esconda y me envuelva, transformándome en nube con ella por un momento, antes de disiparse dejándome ver la montaña tupida de verde, latiendo la vida.

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