jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Cinismo ya!

Me pasa que cuando escribo por la mera inspiración de ver algo ajeno que me toca en algún sitio, el simple hecho de ponerle mis palabras basta para que me apropie yo de la cosa. Entonces comienza la especie de esquizofrenia esta en que ya no sé qué hace parte de mi vida y qué no, y los recuerdos de cosas que jamás me han pasado se me hacen vívidos,obvios y coherentes. Mi vida, entonces, termina siendo increíblemente intensa aunque no pase nada, aunque esté todo el día frente al ordenador o como una abuelita en la mecedora con el gato en las piernas.
Lo divertido es que a mí se me hace evidente por efecto de la escritura, pero esto es algo que está en la experiencia de la conciencia ineludiblemente, que no sabemos mucho cuáles son los límites de la vida, de la realidad y de la fantasía. No puedo dejar de sentirme bastante tonta y hasta patética de cara a esto cuando me preocupo por el porvenir, o incluso por el mismo instante. Si todo es una ilusión, ¡seamos cínicos! ¡absoluta y descaradamente cínicos, por favor!

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