Hay una sonrisa que sale del dolor intenso y continuo. No se piense que es ficticia, no señor. Tras la persistencia, después de la amargura, el aguante y el desasosiego, de repente se abre paso una especie de "qué más da" que brilla como un rayito de sol y se desprende de ahí mismo donde duele. Esa misma, esa sonrisa tengo hoy.
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