sábado, 4 de febrero de 2012

Por qué hoy no puedo escribir

Es una melancólica tarde helada en que incluso para escribir me tengo que hacer la contra. No es que no tenga inspiración, es que la fuente de la que ella mana no se inspira conmigo. Como esto es así, yo me quedo con las manos llenas de un un amor-ternura, de un montón de palabras y de un impulso de polilla nocturna que todos se vuelven ancianos de tanto esperar que haya puerto donde se puedan encallar. Si tengo las manos ocupadas con cosas que mueren, no puedo ponerlas en el teclado para escribir.

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