sábado, 25 de agosto de 2012

Miel

Tengo tu nombre en mi boca como miel, tu nombre que se repite dulce, que se envuelve con su eco viscoso rodeando mi lengua. Tu nombre pegado en mis dedos, tu nombre dorado escurriéndose por mi pecho. Tengo tu nombre romano invadiéndome todas las cavernas que creía abandonadas por el tiempo o tragadas por el moho, lavándolas como río con su elixir de gusto agolosinado, retumbando su correr como un coro en el que tu nombre forma un canon en que todas las voces son tu nombre. Ahí está tu nombre cuando despierto, cuando miro, cuando siento, cuando me ducho, cuando me visto, cuando me desnudo; tu nombre, tu nombre confitado que me lleva, que me acaramela, que me relame la conciencia. Tu nombre que se enreda, que chorrea meloso y bondadoso. Tu nombre que me sonríe allí entre las flores que se abren en mis terrenos antes baldíos. Tengo tu nombre como miel. Tengo tu nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario