viernes, 2 de diciembre de 2011

Mar

Voy a decir lo que verdaderamente pienso del mar: que es feo. Un montón de agua revolcada. ¿Qué tiene de bonito eso? Y el sabor que tiene, y el olor a pescado… Ya sé que todo el mundo considera el mar hermoso, digno de eterna contemplación, y que de hecho es un paradigma de la belleza. Para mí no, al menos no en su extensión turquesa y sinuosa. A mí lo que me hace realmente admirarlo es imaginarme a Medea inerte, siendo balanceada repetidamente contra la arena en la orilla.
Así soy con todo. Sólo la muerte le da belleza a las cosas ordinarias.

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