miércoles, 13 de junio de 2012

Ritual

Agua para que fluya; tierra para que esté estable; aire para que el camino sea liviano; fuego para que se trasmute y para que haya luz, toda la que falte. Ofrendé miel para que lo que sea, sea dulce, y un poco del aceite de almendras que había comprado para el que iba a ser nuestro encuentro, en señal de humildad ante la voluntad divina. Cerré los ojos y encendí las velas acompañadas por las piedras, los animales y las cosas que tengo siempre en mi altar. Me persigné, por raro que parezca, más en honor a él que a mí misma, y oré con todo el amor que pude y con tanta, tanta fe, que tengo que estar segura que he sido escuchada. Recé, medité un poco, me entregué. Abrí los ojos y me quedé mirando la flama erguida y espigada del buen augurio, y entonces algo me recordó con una canción que "it's always darkest before the dawn". Así que tuve que agradecer y tuve que confiar, porque si no es para eso, no hay para qué hacer un ritual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario